Si bien se han visto semejanzas entre el Bitcoin alcista de este año y la subida histórica de la criptomoneda que tuvo en el 2017, hay diferencias notorias en la diversidad y la importancia del aporte de los inversionistas institucionales en los dos escenarios.
2017 fue el año en que bitcoin ganó notoriedad mundial, pues exhibió ante el mundo una revalorización de 1.900%, que atrajo tanto a traders experimentados como a muchas otras personas que nunca habían oído hablar de esta; todos con el mismo objetivo: obtener el mayor provecho de BTC, de la manera más rápida posible.
Ese mismo año, Bitcoin alcanzó su primer precio histórico de USD 19.783,06 el 17 de diciembre, pero lo que siguió después fue un desplome total de su precio, que llegó casi a los USD 3.500, causando así el estallido de la burbuja de Bitcoin.
La subida de 2017 no respondía a ninguna explicación racional asociada al valor real. Era solo una burbuja especulativa, mencionan varios expertos.
Se cree que fueron varios factores los que llevaron a la explosión de la burbuja de ese año.
Uno de los factores que más se atribuye es que las personas entraron en pánico y comenzaron a vender bitcoins, causando una drástica caída del precio de la divisa.
En esta misma línea, el desplome de Bitcoin llevó a los mineros a replantearse los beneficios de esta actividad, puesto que, según distintos cálculos, el minado empieza a ser rentable a partir de un Bitcoin por encima de los USD 4.000 o USD 5.000, franja que en ese momento estaba por encima del precio.

Ahora bien, el precio de Bitcoin ha alcanzado un nuevo máximo histórico el pasado 1 de diciembre, donde llegó a los USD 19.832,27 y superado el 16 de diciembre al alcanzar los USD 20.816,90, haciendo que muchos se pregunten si estamos nuevamente frente a una burbuja con el precio.
Pero a diferencia de hace tres años, uno de los puntos más importantes es el perfil y la experiencia de los inversores en BTC en 2017 y la actualidad, la mayor parte de la demanda provino de inversores minoristas individuales que compraron con sus propios fondos personales, muchos de los cuales tenían diversos grados de experiencia y conocimiento de las criptomonedas; a diferencia de ahora, donde no solo los entusiastas minoristas son quienes compran la criptodivisa, sino que ahora las grandes empresas están incluyendo a Bitcoin en sus métodos de pago, los gobiernos de algunos países han regulado su uso y otros grandes compradores han estado impulsando su precio.
Los usuarios han ido en aumento, lo que hace que su precio acompañado por un mayor número de usuarios, hace que su potencial sea mayor.
Como lo mencionamos anteriormente, el apoyo de los inversores institucionales alcistas a largo plazo, como PayPal, ha hecho que se de aumento a su valor y seguridad frente a su uso. A diferencia del 2017 que perdió impulso por el desconocimiento del activo y las escasas aplicaciones en la vida real de la cripto divisa. Todo esto apunta a que el rally actual se ve alimentado por factores menos especulativos, ahora los compradores están tratando al bitcoin como un activo alternativo. ‘‘Las compras ahora se efectúan en cantidades más estables durante períodos de tiempo sostenidos, en un movimiento de trasvase de fondos de las bolsas que se mantienen como una inversión”, explica Chainalysis
¿Cuál será el precio máximo que logre alcanzar la criptomoneda en los próximos meses? Artículo recomendado: ¿Cómo comprar criptoactivos en Latinoamérica?